Fuimos a una habitación
sin nombre
a medio iluminar
de silencios negados
de silencios negados
en ella desnudarse era pecado,
enfriarse también
Cada esquina atestiguó tus abrazos
revoloteantés,
encadenándome a tu
aliento
Bebí tu cuerpo bañado de lunares
mi
pr0pio Edén
mi casti9o
sedicente
Al final
en la ducha despertamos
en la ducha despertamos
su rocio, a veces frío
se confundía en felicidad
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